El jueves 03 de agosto quedó inaugurado el XIV Edición de los Encuentros Abiertos de Fotografía- Festival de la Luz 2006. En esta edición Proyecto ´ace es una de los espacios que forman parte de las exhibiciones fotográficas que se realizarán del 04 al 31 de agosto en museos, centros culturales, galerías y espacios de arte de toda la Argentina.

En el aceNITE brindamos una recepción privada, entre otros importantes invitados contamos con la presencia de Wendy Watriss (Houston, Texas) Directora artística y una de las fundadoras de FotoFest; Juan Travnick, fotografo y docente; Rodrigo Alonso, curador, crítico de artes y Profesor de la Universidad de Buenos Aires; Orly Benzacar, directora de la Galería Ruth Benzacar, especialista en arte.

Bajo el lema Realidad (i) Realidad fueron convocados 424 artistas a participar en las numerosas muestras y actividades paralelas del Festival. Sólo en Buenos Aires se presentan 91 muestras, 45 de ellas en galerías de arte privadas que se suman al Festival. Es un lugar de encuentro de fotógrafos, curadores, galeristas, editores, etc. Los Encuentros Abiertos consisten en la realización de diversas actividades fotográficas, todas ellas gratuitas.

El 04 de Agosto se inauguró en la Sala Políglota la exposición Líquidos y Huellas, presentando la obra del artista puertorriqueño Víctor Vázquez, en el Espacio Transversal se presenta el trabajo que Sebastián García Huidobro realizó durante su residencia Serie de los Políticos y en el Espacio Diálogo la Serie de los Abrazos de Adriana Moracci.

ENCUENTROS ABIERTOS – FESTIVAL DE LA LUZ (por Elda Harrington)

La XIV edición de los Encuentros Abiertos – Festival de la Luz en Argentina, nos encuentra nuevamente inmersos en la realidad del arte. Una realidad cotidiana, idónea, íntima, que nació en nuestro espíritu para quedarse y ser carne. para saludarnos cada mañana al despertar, para hacernos un guiño cómplice ante el espejo, recordándonos que somos fotógrafos y parte de nuestra esencia es captara esta realidad que a menudo intenta fugarse para darnos en compañía de su clon: la irrealidad.

Pero como otra parte de nuestra condición es la curiosidad, la necesidad de ver y explorar, de experimentar y atrapara, nos dejamos seducir por la quimera de la irrealidad, hasta el punto tal de no poder identificar lógicamente qué vivencias, qué actos y qué parte de nuestra creatividad se desarrollan en el plano real.

Si nos detenemos a analizar en qué contexto o pasaje nos movemos, perdemos lo más importante: nuestra naturaleza como creadores. Nuestro genio se ve limitado y forzado a un razonamiento que nos es ajeno, nuestro merodeo por todo lo que sucede a nuestro alrededor se ve restringido y limitado, el hambre de las imágenes, que paradógicamente es lo que nos alimenta, se ve saciado por un placebo.

Somos artistas, y en nuestro mundo, realidad e irrealidad solo son arquetipo de los mismo: nuestra necesidad de mostrar mediante nuestras obras quiénes somos, qué observamos, qué nos cautiva. Y a qué nos entregamos.