Identidad indica a la persona. Es la posibilidad de reconocer las características únicas y encontrar un lugar, una definición propia sobre la base de las huellas del pasado, de la memoria, de experiencias o de conocimiento.

La obra interpreta narrativas de la memoria, convertidas éstas en espacios de identidad para ser revelado y entendido en el contexto de experiencias pasadas y presentes. Murillo sostiene que la memoria es un relato del pasado que también puede funcionar como una brújula en el presente.

La instalación presentó 200 postales de vidrio (realizadas con impresiones serigráficas de imágenes de postales antiguas) que conjuntamente con las sombras que las mismas proyectan producían una clara metáfora a la inaprensible cualidad de la memoria. El texto de estas postales reveló destellos sutiles de los remitentes y receptores de las mismas; de sus vidas personales, se convierten en artefactos de la memoria y la historia personal. Más allá de las postales de contenido biográfico, también son un registro de viajes y relatos de experiencias vividas. Las tarjetas postales se convierten en claves metafóricas de los mapas de la memoria del lugar y de la identidad.

Travesías fue un ´aceNITE que mostró la interrelación entre las instalaciones de dos artistas estadounidenses de diferentes generaciones y con diferentes preocupaciones. Sin embargo, los trabajos que hicieron durante su residencia con nosotros expresan algunas preocupaciones en dónde están implicitas las dimensiones del tiempo, del espacio, del conocimiento y los traslados espaciales.

Suzan Shutan sostiene que quizás porque mide solo 1,50m tiene complejo de Napoleón y realiza obras enormes, aunque no le resulta fácil crear trabajos tan grandes. La artista viene del campo de la escultura y le apasiona crear espacios (muchas veces que engañan al ojo) e instalaciones de sitio específico en los cuales el espectador pueda sentirse inmerso. Siempre parte de materiales que se encuentran en “el negocio de la esquina”, en este caso sorbetes, lanas, palitos de madera balsa, paquetes de papeles metalizados y de colores opacos. Su imaginación frondosa despierta nuestros sentidos y nos describe con humor y autocrítica su desconocimiento de una Argentina que fue imaginada, antes de la residencia, en su casa de Connecticut. Así, nos representa las Cataratas del Iguazú solo con una línea ondulada que refleja multiples colores en la pared, cuyo movimiento y sonido semeja al del agua, o los clubes de football Boca y River con exagonos de palitos de madera que recuerdan pelotas de fútbol. Sus trabajos escultóricos son también dibujísticos ya que es la línea la que crea el volumen.

Por su parte Murillo es una artista que viene del campo de la gráfica pero que busca constantemente expandir el vocabulario de la impresión y lo múltiple en un contexto interdisciplinario. Su trabajo puede entenderse ampliamente como una práctica de archivo: lo perdido, encontrado, recordado y recogido.   La instalación Destinos es de una elegancia exquisita. La transparencia del vidrio con impresiones opacas de serigrafia y sus reflejos sobre el espacio es poética y a la vez inasible, como los mismos recuerdos que evoca.