La culminación de la residencia de Mia Zheng (China, vive en Hawai’i, EE. UU.) tuvo una instalación múltiple que la artista desplegó en el Espacio Diálogo y en el Hall Central del estudio de ´ace. Trabajando con la fotografía de manera ampliada, y usando también lo que normalmente se consideran resultados intermedios del proceso fotográfico (negativos y diapositivas), Mia articuló sus imágenes en distintas etapas. En palabras de la propia artista:

Existen innumerables dichos y filosofías que utilizan las ventanas como metáforas del mundo, de la percepción y de la experiencia humana. Una ventana no es solo un elemento arquitectónico; puede ser un portal hacia otro lugar, una vista enmarcada de una realidad diferente o, para algunos, un mundo entero contenido dentro de sus bordes. Después de haber viajado por todo el mundo, cuanto más veo, más me pregunto: ¿cuál es la vida real? Las ventanas moldean nuestra forma de ver; reflejan pero separan, conectan pero refractan. No existen en la naturaleza, y sin embargo, incluso en entornos naturales surgen momentos que se sienten como ventanas. Las ramas de los árboles interactúan entre sí y se convierten en su propio tipo de “ventanas”, difuminando los límites entre adentro y afuera, entre lo real y lo reflejado.

La realidad a menudo se siente transparente pero impenetrable, reflejando y refractando según el ángulo de la luz y la presencia. A menudo me pierdo en estos momentos de incertidumbre, cuando la claridad se desvanece y da lugar a preguntas. Al fotografiar ventanas y encuentros efímeros, busco capturar lo metafísico en lo cotidiano, en esos sentimientos fluidos, fugaces y complejos. Las imágenes no son documentaciones ni algo abstracto o lejano, sino algo que está incrustado en todo: en el tiempo, en la luz y en los espacios que habitan entre las atmósferas.

A través de las aperturas es una ventana hacia mi tiempo de producción y contemplación durante la residencia artística de cuatro semanas en Proyecto´ace. Los procesos de creación encapsulan momentos por los que he transitado, tiempos cargados de observación, curiosidad y encuentros con lo desconocido, y a la vez se proyectan hacia adelante, abriéndose a posibilidades aún por desplegarse. Este espacio contiene tanto huella como porvenir, invitándote a atravesar un umbral donde los límites entre pasado y futuro, entre realidad y recuerdo, comienzan a disolverse. Aquí, la reflexión no es solo una imagen, sino un proceso continuo de devenir. Siempre he considerado la historia como una herramienta para comprender el presente y creo que el arte puede ser un medio invaluable para hacer visible el pasado.