Matías Homar, músico y compositor oriundo de Salta, Argentina, desarrolla su obra en el cruce entre lo acústico y lo electrónico, explorando la relación entre cuerpo, tecnología y sonido. Su práctica artística está profundamente influenciada por su mirada budista y su atención al presente, la cual se manifiesta en procesos en los que el gesto, la percepción y la escucha se vuelven motores de creación. Homar combina instrumentos tradicionales con dispositivos interactivos de su propio diseño —guantes, instrumentos y superficies resonantes— para construir ecosistemas sonoros que invitan a una experiencia enactivista de la música, donde el acto de hacer y el de percibir se funden en un mismo instante de conciencia.

Actualmente radicado en la ciudad de Alfred (NY, EE. UU.), donde es Visiting Assistant Professor de Music-Sound Studio en la Universidad de Alfred, Matías vino a Buenos Aires gracias a un acuerdo entre la Fundación´ace para el Arte Contemporáneo y el Instituto de Artes Electrónicas de dicha universidad. Como parte de su residencia, Matías trabajó en el Estudio La Torre, donde desplegó sus parlantes construidos a partir de placas de polietileno cortadas con láser y sublimadas con imágenes que el artista tomó de piedras y líquenes. A modo de cierre de su residencia, instaló en el Espacio Diálogo del estudio de ´ace estos parlantes y realizó una performance sonora para al público presente.

STATEMENT DEL ARTISTA

Desde hace cinco años desarrollo una investigación centrada en la creación de dispositivos interactivos que amplifican la experiencia musical a través del movimiento. Este proceso, sostenido en el diálogo entre arte, ciencia y tecnología, busca explorar el azar, la interactividad y la sensibilidad del cuerpo como motores creativos. Mis obras se transforman con cada intérprete y contexto, proponiendo experiencias sonoras que fluyen como la vida misma, donde lo impredecible se vuelve parte esencial del resultado artístico. Con el tiempo, mi práctica ha crecido hacia una mirada más comprometida con la realidad socio-cultural y con la comprensión profunda de la interconexión entre los seres humanos, la naturaleza y toda forma de vida. Concibo el arte como un medio para cultivar conciencia, colaboración y comunidad, y como una forma de revelar nuestra responsabilidad compartida con el entorno que habitamos. Cada proyecto es, en ese sentido, una oportunidad para aprender, vincular y crear desde la presencia y el respeto por lo que nos rodea y entre quienes nos rodean.