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La Ciudad de los Inmortales
Simon Victor
25.04.18 04.05.18
Después de explorar y absorber la atmósfera de la ciudad del escritor que lo inspiró y lo guió a reflexionar sobre muchos conceptos existenciales diferentes, como la mortalidad-tiempo-dualidad-arriba-abajo, Simon Victor, artista británico multidisciplinario con sede en Austin, EE. UU., presentó su instalación site-specific La Ciudad de los Inmortales. Victor transformó la Sala Políglota en una dimensión diferente a través de efectos ópticos y juegos de reflexión y proyección, además de videoarte, animación, mapeo y música ambiental que crearon una atmósfera muy soñadora y psicodélica.
Víctor hizo que los espectadores se sumergieran en espacios y no espacios, como lo hizo Borges con su poesía:
ESPEJOS
Yo, que sentí los horrores de los espejos / No solo frente al cristal impenetrable / Donde termina y comienza, inhabitable, / Un espacio imposible de reflejos, // Pero de mirar incluso en el agua que imita / El otro azul en su profundidad de cielo, / Que a veces reluce el vuelo ilusorio / Del pájaro invertido, o que ondula, // Y frente a la superficie silenciosa / De ébano sutil cuyo pulido muestra / Como un sueño repetitivo el blanco / De algo de mármol o algo se levantó, // Hoy en la punta de tantos y desconcertantes / Años errantes bajo la luna variable, / Me pregunto qué capricho del destino / Me hizo tener tanto miedo a un espejo que mira. // Espejos en metal, y el enmascarado / Espejo de caoba que en su niebla / De un crepúsculo rojo crepuscular / La cara que se mira mientras mira, // Los veo como infinitos, elementales / Ejecutores de un antiguo pacto, / Multiplicar el mundo como el acto / De engendrar. Insomne. Trayendo perdición. // Prolongan este mundo hueco e inestable / En su vertiginosa telaraña; / Algunas veces en la tarde están borrosas / Por el aliento de un hombre que no está muerto. // El cristal nos espía. Si dentro de las cuatro / Paredes de una habitación se ve un espejo, / Ya no estoy solo. Hay alguien ahi. // En la madrugada, los reflejos escenifican en silencio un espectáculo. / Todo sucede y no se registra nada / En estas habitaciones del espejo, / Donde, convertidos en rabinos, / Ahora leemos los libros de derecha a izquierda. // Claudio, rey de una tarde, un rey soñando, / No lo sentí como un sueño hasta ese día / Cuando un actor le mostró al mundo su crimen // En un cuadro, silenciosamente en el mimo. // Es un sueño extraño, y tener espejos / Donde el repertorio común y desgastado / De cada día puede incluir el globo ilusorio / Profundo que refleja el esquema. // Dios (sigo pensando) se ha esforzado / Diseñar esa arquitectura indescifrable / Criado por cada amanecer desde el brillo / De un espejo, por la oscuridad de un sueño. // Dios ha creado la noche, que arma / Con sueños y espejos, para dejar en claro / Para el hombre es un reflejo y un mero / Vanidad. Por lo tanto estas alarmas.
Colaboración musical con Antonio Boyadjian
